MANDALAS: UNA SOLUCIÓN CUANDO LA ANSIEDAD TOCA LA PUERTA
Nunca fui una persona muy paciente, por lo tanto todas las cosas manuales y cosas relacionadas con la creatividad honestamente no eran de mí agrado…
Y así crecí, con esa idea, porque creo que de repente nos metemos un chip y pensamos “yo no sirvo para esto” y lo dejamos de lado, abandonamos esa parte que desde niños forma parte de nosotros, de a poco dejamos de lado nuestra capacidad de asombro, el ser creativos, la imaginación y también el ser felices con las cosas simples de la vida.
Pero entonces llega el momento en que creces, entonces las responsabilidades y las cosas de “adultos” hacen que el estrés comience a formar parte de nuestra vida diaria y, nos acostumbramos a vivir cargando con ello: cargando culpas, cargando emociones negativas, que sólo nos van haciendo más pesado el viaje.
Hasta que llega el momento en que nuestro cuerpo comienza a enviar señales de que algo no está bien, necesitamos parar un poco y aligerar la carga, pero ¿Cómo?
Se nos ha enseñado que aún los tiempos de supuesto descanso son para ir al gym, salir a correr, ir a alguna clase de repostería, etc. Y claro que son cosas muy positivas y que nos aportan grandes beneficios, pero nunca se nos enseña a parar, a observar simplemente y tener nuestra atención en el momento presente sin hacer nada; solo parar y respirar, porque nuestro cuerpo también necesita un respiro, un momento de paz y tenemos que darnos ése tiempo sin sentimiento de culpa, de verdad que nuestro cuerpo lo agradecerá.
Cuando la ansiedad llega a tocarme la puerta, supe una cosa: tenía que parar, tenía que hacer cambios en mí vida diaria, en mí rutina, en la manera en que me trataba; y vaya que fue una fuerte sacudida.
Muchas veces necesitamos ayuda, incluso la buscamos, pero la verdad es que también muchas veces no está a nuestro alcance económicamente, y eso fue lo que me pasó; y es por ello que si a alguien que leyera esto le sirve aunque sea un poquito, me doy por bien servida.
Tienen que saber que no somos las únicas a las que les pasa, que no estamos solas. Comprendo que son momentos en los cuales sientes que incluso te puedes desmayar, sientes que estás en peligro y no sabes que es; los síntomas son muy reales, porque lo sientes y no sabes como dar marcha atrás.
Pero por fortuna bien dicen que no hay mal que por bien no venga, y fue así como descubrí los mandalas, buscando ayuda y pensando que tenía plena capacidad de sacar lo mejor de esa situación, y vaya que dí en el clavo, ya que fue el inicio de muchos cambios positivos para mí.
Uno de los primeros en usar mandalas con sus pacientes fue el psiquiatra y psicólogo Carl Gustav Jung, notando una considerable mejoría en sus pacientes mediante esta técnica. Así que como verás no es algo inventado o solamente una moda.
“Los mandalas poseen un efecto mágico, haciendo que la confusión de la psique se convierta en orden”
Carl Gustav Jung
A modo de conclusión:
Entre los diversos beneficios, estos nos brindan la capacidad de hacernos reconectar con nuestra parte más inconsciente, meditamos sin siquiera percatarnos y mientras respiras, obtienes armonía pura, liberándote del estrés y de la ansiedad. Así que no tienes nada que perder y sí mucho que ganar intentando esta maravillosa técnica de meditación activa.
Si estás pasando por momentos difíciles, te invito a probar, date el tiempo y el espacio que mereces y comienza a fluir, pon la música que tanto disfrutas, prepárate un té, busca tus materiales para crear, imprime algina mandala o inventa una propia y manos a la obra. Te reto a hacerlo y a compartir con nosotras tus obras, a crear magia, porque eres magia, no lo olvides.
By: Srita Confeti 🔝🙋♀️