SOY MADRE, PERO NO HE PERDIDO MI MAGIA
Una vez que eres madre, todo cambia. Tus tiempos, actividades, dormir, comer. absolutamente todo, ahora alguien depende de ti y tu prioridad al menos por algún tiempo será el de cubrir todas sus necesidades.
Hace muchos años, ser madre significaba confinarse en tu casa, dedicarse 100% al esposo y a los hijos, todo lo que en algún momento querías para tu vida daba paso a todo lo que tu familia requería.
Dos mujeres me enseñaron a complementar mi rol de mamá con el de mujer, mi abuela tuvo solamente 4 hijos, que para su tiempo eran pocos, manejaba, apoyaba a mi abuelo, atendía sus negocios, atendía a sus hijos, se daba su tiempo y jamás tomó el papel de mujer sumisa, la admiré y la sigo admirando a pesar de que ya no está conmigo.
La segunda mujer fue mi mamá, terminó su carrera y se casó a los 23 años, me tuvo a los 24 y se divorció, no miró hacia atrás y siguió junto conmigo, trabajando y viviendo su vida al máximo, un momento podía estar en la cocina y en el otro, cambiando un foco o una llanta del coche, ser mamá no era impedimento para lograr lo que ella quería hacer.
Y llegamos conmigo, fui por primera vez mamá soltera a los 26 años y decidí que no me detendría ante nada, tuve a mi hijo y al mes ya estaba en un avión junto con él de vacaciones -a pesar de que me decían que no viajara-, vivía sola con él -a pesar de que me decían que mejor viviera con mis tíos- y andaba de arriba a abajo, hasta que me di cuenta que no era tan fácil como creía, el cansancio era bastante, la atención que requería mi bebé era al 100%, sus necesidades iban cambiando pero todo fue saliendo poco a poco y tenía tiempo para mí.
Con mi segundo bebé, simplemente me perdí. Si antes uno era difícil, con dos sentía que no podría. Me perdí a mi misma, 2 años sin pisar un salón de belleza para arreglarme las uñas, era muy raro que saliera, ya no leía ni un libro, en fin, todo el tiempo era dedicado a mi familia y no es que no sea bueno, pero sin duda necesitamos un tiempo para nosotras mismas.
Es ahí donde decidí reencontrarme, volver a hacer las cosas que me gustaban -en medida de lo posible- tomar un tiempo para mí y volver a conectarme con la mujer que quedó debajo del papel de mamá.
¿Qué hice para poder volver a sentir la magia en mí?
– Pasatiempos: Siempre me ha gustado escribir -desde que tengo uso de razón- un día en Instagram de la nada me salió la posibilidad de escribir en Srita. Confeti y ¡aquí estoy! me dieron la oportunidad y esto me ha servido para no dejar este gusto a un lado.
– Leer: Es algo que me ha dejado gratos momentos y estoy agradecida porque a mi hijo mayor también le gusta la lectura, así que no lo dejé a un lado por completo, pero por las noches me doy mi tiempo para mis propias lecturas.
– Salir con amigas: Tomarte tu tiempo para ponerte al día con tus amigas y amigos, sales relajada y con la mente despejada.
– Tomar un largo baño: Ese momento en que solo estas tú y la regadera, es incomparable.
– ¡Viaja! sola o con la familia, te dará momentos únicos.
– Haz ejercicio: Sin duda te servirá para relajarte y tener fuerza para perseguir a tus niños.
– Ten tiempo con tu pareja: Hace poco leí que el tiempo de familia no es igual al tiempo de pareja, sin duda tomarte, aunque sea unas horas para platicar, ir al cine o a comer, te servirá para seguir unidos.
A diferencia de hace 50 años, ser madre y mujer en la actualidad, es poder dar tu opinión, tomar tu tiempo, sentirte satisfecha en todos los ámbitos, ser madre es tener más amor que dar y recibir, más experiencias que vivir, pero todo en conjunto con ser mujer.